BITAJÓN, CONFIAR EN EL PADRE

Cuando el miedo te paraliza y la ansiedad nubla tu mente, hay una práctica ancestral que libera y fortalece: bitajón. No es optimismo ni resignación, es una confianza activa que transforma el caos en paz. Descubre cómo activar esa fe que rompe cadenas.

BITAJÓN, CONFIAR EN EL PADRE
Proverbios 3:5 — «Confía en YHVH con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento».

La palabra hebrea que se traduce como “confianza” es bitajón. Bitajón no es simplemente esperar que las cosas salgan bien o pensar de forma positiva. No es optimismo sin fundamento ni fe en la suerte. Bitajón es descansar con seguridad en el Eterno, es apoyarse en Él con tranquilidad y certeza. Tener bitajón significa estar consciente de que todo está en manos del Padre, y que su voluntad es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2), y que Él, en su fidelidad, se encargará de que todo obre para bien (Romanos 8:28).

El proverbio nos advierte: “no te apoyes en tu propio entendimiento”. ¿Qué significa eso para nosotros? Para mí, significa no confiar exclusivamente en mis ideas o razonamientos. Cuando enfrentamos tristeza, temor o incertidumbre, nuestra mente, sin que lo pidamos, corre al peor escenario. Así funciona nuestra naturaleza caída: imagina lo peor, se llena de ansiedad, y el miedo nos paraliza. El estrés no es otra cosa que miedo acumulado, y este nos desgasta, nos enferma, nos debilita. El antídoto es bitajón con todo el corazón.

Ahora bien, no es tan simple como decir: ¡No te estreses! Sabemos que no basta con una orden. Cuando me siento abrumado o angustiado, no puedo simplemente decidir dejar de estarlo, y es por eso que necesitamos ir más profundo: entender qué es el corazón. El corazón no es el centro de las emociones como en la cultura occidental moderna. En la cultura hebrea el corazón representa la mente, el pensamiento, la voluntad, la conciencia. Y yo creo que eso lo cambia todo. Tener bitajón con todo el corazón es, en realidad, confiar en YHVH con toda la mente. Hermanos, el campo de batalla de la fe es la mente. Las emociones siguen a los pensamientos. Si enfocamos nuestra mente en el Eterno, las emociones la seguirán. Por eso, apoyar nuestro corazón en YHVH significa ejecutar una acción como: leer y declarar su Palabra en voz alta, orar con confianza, memorizar y meditar en las Escrituras, cantar salmos adorando con todo nuestro ser.

Cuando todo a nuestro alrededor parece venirse abajo, es el momento de activar el corazón (la mente) llevándolo intencionalmente a Elohim. Y, en mi opinión, no hay nada que nos llene más de bitajón que cantar alabanzas, movernos, adorar con cuerpo y alma. ¿Tienes dudas? Mira este ejemplo del libro de los Hechos:

Hechos 16:25–26 — «Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Elohim, y los presos los escuchaban. De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudieron; y al instante todas las puertas se abrieron y las cadenas de todos se soltaron».

Imagina que eres tú en esa cárcel, golpeado, encadenado, herido. ¿Qué harías? Pablo y Silas podrían haberse lamentado o quejado, pero eligieron adorar. No sabemos qué cantaron, pero fue tan poderoso que provocó un terremoto que sacudió los cimientos de la cárcel que rompió las cadenas y abrió las puertas. ¡Ese es el poder de confiar en YHVH con todo el corazón! Porque sí, hermanos, el miedo y la tristeza también son cadenas. Unas cadenas invisibles tan pesadas y asfixiantes que las de hierro, retienen tu alma en una cárcel oscura y fría.

Hermanos, cuando cada vez que nos toque pasar por tristeza, miedo o dolor, necesitamos dejar de imaginar y pensar según nuestra mente terrenal y confiar activamente en YHVH con todo el corazón. Pon una alabanza a todo volumen, canta y danza hasta que no te queden fuerzas. Verás las cadenas caer y las puertas abrirse a un lugar de shalom, un lugar de paz, bienestar y plenitud. Quizás la situación externa no habrá cambiado, pero tu sí: estarás lleno de Bitajón, confianza en YHVH.

Este día determinemos cultivar el bitajón en nuestros corazones, a través del estudio de las Escrituras, la reflexión, la oración y la adoración.

¿Te apuntas?

Shalom!