DARLO TODO

No se trata de perder, sino de ganar lo eterno. ¿Qué necesitas soltar para que el Reino ocupe el primer lugar en tu vida? Una invitación a vivir con propósito y sin reservas.

DARLO TODO
Mateo 13:44 - El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

Descubrir el Reino es encontrar el tesoro más grande del universo. Es mucho más que adoptar una nueva forma de pensar o de creer. El Reino es algo tan precioso, tan glorioso, tan eterno, que lo cambia todo en la vida. Cuando uno realmente lo ve, lo entiende y lo valora, no puede seguir viviendo igual.

El hombre de la parábola vende todo lo que tiene, y no lo hace con tristeza, ni con queja. Está lleno «de alegría» porque ha comprendido el valor del Reino. Entiende que todo lo demás, comparado con esto, no es nada. No se aferra a sus posesiones, ni a sus planes, ni a su zona de confort. Lo entrega todo voluntariamente y con alegría para poseer aquello que es eterno.

Yeshúa no nos ocultó esta realidad: ser su discípulo es seguirlo con todo el corazón, y eso siempre implica un costo:

Lucas 14:33 — «Cualquiera de ustedes que no renuncie a todas sus posesiones no puede ser mi discípulo».

El Reino no se compra con dinero, se compra con la vida. Para ser un verdadero discípulo necesitamos cambiar esta vida por la vida eterna.

Juan 12:25 — «El que ama su vida, la pierde; y el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para vida eterna».

El Reino lo transforma todo, y demanda de nosotros una entrega total. En un mundo donde todo compite por nuestra atención (trabajo, familia, comodidades, placeres, redes sociales, etc.) Yeshúa nos llama a poner el Reino en primer lugar, no como algo que hacemos los sábado o cuando celebramos una santa convocación, sino como algo por lo que vivimos cada día y que es el eje central que determina nuestras decisiones, nuestras relaciones y nuestros sueños.

¿Estás dispuesto a darlo todo, con alegría, por aquel que lo dio todo por ti?

¿Qué necesitas poner en segundo lugar para que el Reino tenga la preeminencia en tu vida?

Un abrazo, shalom!