LAS CARTAS DE YESHÚA

En las cartas de Yeshúa a las congregaciones, hay advertencias, promesas y llamados que siguen vigentes hoy. ¿Qué revelan sobre nuestra condición espiritual actual y cómo responder a su llamado?

LAS CARTAS DE YESHÚA

Hermanos, a partir de hoy los invito a contar el omer compartiendo conmigo una serie de reflexiones sobre las cartas de Yeshúa. Estas cartas importancia vital para los discípulos del tiempo final y podemos leerlas en Revelación (Apocalipsis) capítulos 2 y 3.

Recordemos que el apóstol Juan recibió el mandato de escribir directamente del Mesías Yeshúa:

Revelación 1:19 — «Escribe, pues, las cosas que has visto, y las que son, y las que han de suceder después de estas».

Tal como se le había mandado, Juan escribió sobre tres cosas:

  1. Las cosas que has visto — El pasado: el testimonio de las obras y enseñanzas de Yeshúa contenidas en el Evangelio de Juan.
  2. Las cosas que son — El presente: las cartas a las siete congregaciones contenidas en los capítulos 2 y 3 del libro de Revelación.
  3. Las cosas que han de suceder después de estas — El futuro: las cosas que van a comenzar a suceder cuando inicie la gran tribulación y las congregaciones sean esparcidas, a partir del capítulo 4 del libro de la Revelación.

Las cartas de Yeshúa son «las cosas que son», el tiempo presente en el que las congregaciones están haciendo discípulos. Es un tiempo sembrar los campos con la palabra de Elohim y de crecer para dar frutos espirituales.

Mateo 28:18-20 — Acercándose Yeshúa, les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en mi nombre, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».

Estamos en el tiempo de ser discipulados ¿cómo? Siendo sumergidos en agua en el nombre de Yeshúa, siendo enseñados y guardando todo lo que el Mesías no enseñó.

Efesios 4:11-13 — «Y él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mesías; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del hijo de Elohim, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud del Mesías».

Nuestra misión en este tiempo es, primero que todo, llegar al estado de un discípulo maduro, un tamim. Para entender este camino, los peligros y los obstáculos que debemos superar, necesitamos profundizar en las cartas de Yeshúa. En ellas tenemos las instrucciones finales que nuestro Mesías nos entregó para superar este tiempo con éxito y alcanzar las promesas del Reino de los Cielos.

Los invito a oír las instrucciones de nuestro Señor y examinarnos como discípulos y como congregación. Vamos llenando nuestras vasijas de aceite.

Un abrazo, shalom!