TALMID, SER DISCÍPULO

En un mundo donde muchos admiran a Yeshúa desde lejos, ser un talmid implica algo más profundo: vivir como Él, pensar como Él, amar como Él. No basta con creer; se trata de imitar al Maestro en cada paso. ¿Qué significa realmente ser su discípulo?

TALMID, SER DISCÍPULO
Juan 8:31 — «Si ustedes permanecen en mi palabra, son verdaderamente mis discípulos».

Cuando uno estudia las Escrituras, se da cuenta de que la mayoría de los que reconocen a Yeshúa como el Mesías son simpatizantes, no discípulos. Más adelante hablaré sobre los simpatizantes, pero ahora quiero enfocarme en lo que significa ser discípulo. Un discípulo es un seguidor de Yeshúa, pero no en un sentido superficial. El término hebreo traducido “discípulo” es “talmid”, y hace referencia a un aprendiz de un rabino, un miembro de una escuela rabínica. Ser un talmid va mucho más allá de ser un alumno de una escuela común, un talmid es alguien que sigue a su maestro con la intención de pensar, actuar y vivir como él. No se limita a escuchar enseñanzas: observa e imita a su maestro en cómo camina, cómo ora, cómo come, cómo trata a las personas, cómo guarda la Toráh, y modela su vida según ese ejemplo. El discípulo de Yeshúa se levanta cada día con esta convicción: “quiero ser como mi maestro Yeshúa”.

En el contexto de Yeshúa, ser discípulo no es simplemente creer en Él. Es vivir como Él, ser transformado por Él y enseñar a otros a caminar en su mismo camino. Y como leemos en Juan 8:31, para ser discípulos verdaderos debemos “permanecer” en su palabra, es decir, perseverar en el estudio y la práctica de cada una de sus enseñanzas. Nuestro objetivo como discípulos es crecer espiritualmente, cada día, superar las pruebas, ser constantes y disciplinados, dar fruto. Eso es tener emunáh, fe verdadera.

¿Estás comprometido con ser discípulo de Yeshúa?

Shalom!